| CAMINO AMARILLO |
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LIBRO AMARILLO NO. 1
Caja negra que se llame como a mí
Bonobos, 2015 Ya desde su título este libro reverbera en su clave lírica, el registro del accidente esencial, por paradoja y antonomasia: la colisión que sufre quien adviene al lenguaje y la dicha perturbadora de quien testimonia ese choque, bajo la torsión elástica de la sintaxis. Desde dos o múltiples voces, aquí se ejerce un momentum lírico en torno a tres ejes fundamentales: el amor al hijo, el encuentro con la palabra de quien viene al mundo y la pulsión erótica del lenguaje, transformado en un panal de licores vítreos y delirantes, que emulan la imaginación y plasticidad de los que apenas se conocen, reconocen descubiertos, en el habla que los desborda. Se conforma así una atmósfera maternal enrarecida, curada sobre todo en el amor a la palabra. Con una frescura poco frecuente y su aproximación única a un tema complejo, conformados en secciones que se abren a su vez como cajas, los poemas pliegan/despliegan dimensiones líricas y simbólicas inestables, que parten de una pregunta fundamental por la palabra (Jabès) y se tensan en un espíritu que raya en la demencia (Braulio Arenas, Di Giorgio, Viel Temperley). El lenguaje vuelve por transfiguración a la infancia y forma un sólido compusitum con referencias, neologismos, pruebas de psicodiagnóstico y nudos de sinestesia, siempre apoyado en la mayor virtud del volumen: una amplia capacidad melódica y sonora, que sabedora de su fuerza se disloca y derrama en esplendores inusitados. Caja negra que se llame como a mí es el primer libro de Diana Garza Islas, lúdica estela de una escritura de concentrada ambigüedad y prodigio, que se ofrece al lector, en el más amplio de los sentidos, colmada de potencia. ~Daniel Bencomo
Los poemas de Diana Garza Islas hacen que el lenguaje funde sus propias leyes; la sintaxis sale a jugar en la calle, colecciona objetos cuya única finalidad está en la destrucción de toda regla y nos recuerda que nuestro lugar de residencia está aquí, en la lengua, misma que desviste, viste, trastoca y la deja parada en la esquina de nuestro cerebro que cuestiona hasta dónde llega lo que leemos-vemos, mientras maniobra los químicos que revelan una tradición ecléctica: “Si su voz fuera un centímetro lejana, existiría. / Si distancia fuera una palabra me darían ¿doce faisanes?”. En Caja negra que se llame como a mí, el segundo de sus tres libros, la escritura escribe; como apunta el poeta Sergio Ernesto Ríos, el delirio y la magia forman un maridaje neobarroco que tiene como mascota a la cultura de masas. En Caja negra... los diálogos se vuelven monólogos, como escribió Owen, y el lector forma parte del significado de lo que lee, musicaliza la distorsión sonora, así, la poeta tira la piedra y esconde una duda en el cuello de cisne.
~Juventino Montelongo para Máspormás
No pretendo ser la mejor lectora de este poemario, sin embargo y a mi defensa, pienso que renunciar a querer ser buen lector es esencial al aventurarse en sus páginas. Los versos de Garza Islas no son un delirio, no son nonsense, en todo caso, si hubiera que ponerles un mote sería (apropiadamente) un neologismo: allsense. Todo sentido, todo terreno. Las torceduras de la sintaxis y el corte circuito que previene la formación de sentido construyen la pulsión de esta poesía en constante retirada.
Crítica
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LIBRO AMARILLO NO. 3
Catálogo razonado de alambremaderitas
para hembra con monóculo y posible calavera Conarte, 2017 Dentro de la caja hay un taladro, una vieja llave, un caracol. Se mueven de formas graciosas. Bailan y luego no. Hay mapas. Una rana muerta busca el cielo. Mira: Hay escrituras que pueden fundar huecos, playas, pequeños jardines. Otras, más potentes, construyen parques de diversiones o campos de tiro. La de Diana Garza Islas, aún más singular, nos lleva a un espacio en el que todo se reconfigura hasta lograr un peso distinto; una dimensión que, como los sueños, se teje con materiales que nos son familiares pero a la vez completamente extraños. El pulso de la infancia cruza el lenguaje. El asombro. Cada palabra brilla o se oscurece. El sentido se abre y se cierra. Entonces, una música que perdimos hace mucho tiempo nos llama. "Se trata de la niña con monóculo en el país de las calaveras. / O saque usted sus conclusiones." Dentro de la caja hay otro mundo. ~Luis Eduardo García
Crítica
> Diego L. García: Resetear la lengua > Miguel Ángel Díaz: El peso de las cosas que corren |
| CORRECAMINOS |
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La czarigüeya escribe
Analfabeta, 2014 Este libro surgió a partir de una interacción en Twitter entre los autores durante el lapso de tres semanas. Si lo tuyo es el scroll, puedes encontrar la versión original de este vademécum en las cuentas de @hastrolabia y @nosergio. Pero si lo tuyo son las ediciones intosas, te recomendamos conseguir el libro aquí. Entre sus páginas podrás apreciar el tránsito de una czarigüeya abordando prolijamente un buen número de temas literarios de sumo interés tanto para lectores advenedizos como para los más avezados. Así veremos a esta susodicha explorar, con la destreza propia de su género, desde La Tradición Literaria hasta El Lobby de las FILS, atravesando el volumen todo con un característico, tenue, pero entrañable aroma de mofa marsupial. ¡Y no sólo eso hallarás aquí!, pues entre las cultas páginas pegadas de este breve centaurón desfilan asimismo, y para beneplácito de todos, grandes personalidades: Bruce Willis, Bronco, Cindy Lauper, Jaime Maussan, entre otros íconos de nuestra cultura, se dan cita bajo la lupa de esta zarigüeya que otrora fue un czar y no usaba pajarita, camisetas de cuadritos, ni mucho menos. ¡Un libro, sencillamente, memorable! ~Simón de la O
Demasiado experimental, demasiado "czarigüeyoso" para mi gusto. Y también: ¿por qué las hojas de estas ediciones "chiquitas" de An.alfa.beta vienen pegadas? :'s
Aunque debo de admitir que la portada es adorable :) ~N. C. vía Goodreads
Crítica
> Nelson Hernández: La czarigüeya huérfana: antídoto ( versión textual / versión video ) > Aurelio Meza: Aquí comienza el imperio de la Czarigüeya |